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Vitamina D y Embarazo: Una Relación Crucial para la Salud Materna e Infantil

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La vitamina D es una hormona liposoluble esencial para la salud ósea y la función inmunológica.

La deficiencia de vitamina D se considera un problema de salud pública mundial, en particular porque en la mayoría de los países, una gran parte de la población general no cumple con los requisitos dietéticos de vitamina D recomendados por las pautas nutricionales de vitamina D

Durante el embarazo, la vitamina D juega un papel crucial en la salud materna y el desarrollo óptimo del feto. La demanda de vitamina D aumenta en el embarazo, el 70% de las mujeres embarazadas sufren deficiencia de vitamina D, el 21% déficit de vitamina D y solo el 7,3% muestran niveles suficientes de vitamina D. La vitamina D tiene efectos sobre la decidualización, la implantación, la expresión de lactógeno placentario humano (hPL), la secreción de gonadotropina coriónica humana (hCG), los niveles de progesterona y estrógeno, la absorción de calcio en la placenta y las respuestas inmunitarias de la placenta.

La vitamina D, conocida comúnmente como la “vitamina del sol”, es sintetizada en la piel en respuesta a la exposición a la luz solar ultravioleta. También se encuentra en ciertos alimentos y suplementos. Durante el embarazo, los niveles adecuados de vitamina D son fundamentales para una gestación saludable y el desarrollo óptimo del feto.

Importancia de la Vitamina D en el Embarazo:

Salud Ósea Materna: La vitamina D es esencial para mantener la salud ósea en las madres embarazadas. Durante la gestación, la demanda de calcio aumenta, y la vitamina D ayuda a la absorción del calcio en el intestino, contribuyendo a la mineralización ósea adecuada tanto para la madre como para el bebé.

Prevención de Complicaciones Gestacionales: La deficiencia de vitamina D se ha asociado con un mayor riesgo de preeclampsia, diabetes gestacional y parto prematuro. Una adecuada suplementación de vitamina D puede ayudar a reducir la incidencia de estas complicaciones y promover un embarazo más saludable.

Desarrollo Óseo Fetal: Durante el tercer trimestre del embarazo, el feto acumula reservas de vitamina D y calcio para el desarrollo óseo. La vitamina D adecuada asegura que el bebé tenga suficientes recursos para desarrollar un esqueleto fuerte y sano.

Función Inmunológica: La vitamina D desempeña un papel importante en la regulación del sistema inmunológico. Durante el embarazo, un sistema inmunológico equilibrado es esencial para prevenir infecciones y proteger tanto a la madre como al feto.

Recomendaciones de Suplementación:

Se debe enfatizar que para la mayoría de los resultados de los estudios que relaciona la vitamina D y el embarazo, la evidencia es, al menos numéricamente y, por tendencia, está a favor de los efectos beneficiosos de la vitamina D. La adecuada exposición al sol y una dieta equilibrada que incluya fuentes de vitamina D, como pescado graso, yema de huevo y productos lácteos fortificados, son importantes para mantener niveles óptimos de vitamina D en la madre embarazada. Sin embargo, debido a la dificultad de obtener suficiente vitamina D solo de la dieta y la exposición al sol, muchas autoridades de salud recomiendan la suplementación durante el embarazo.

Las recomendaciones específicas pueden variar según el país y las directrices locales de atención médica. En general, se sugiere que las mujeres embarazadas tomen alrededor de 600 a 800 UI (Unidades Internacionales) de vitamina D diariamente para alcanzar concentraciones séricas objetivo de 25 (OH) D de al menos 25 a 50 nmol/L, aunque esto debe ajustarse según las necesidades individuales y bajo la supervisión del profesional de la salud. En el embarazo, sin embargo, debe tenerse en cuenta que las concentraciones de 25(OH)D en la sangre del cordón umbilical son solo alrededor del 50 al 80% de las concentraciones séricas de 25(OH)D. Por lo tanto, se podría plantear la hipótesis de que la madre puede necesitar más 25(OH)D durante el embarazo para transferir suficiente 25(OH)D al feto.

En el embarazo, sin embargo, debe tenerse en cuenta que las concentraciones de 25(OH)D en la sangre del cordón umbilical son solo alrededor del 50 al 80% de las concentraciones séricas de 25(OH)D. Por lo tanto, se podría plantear la hipótesis de que la madre puede necesitar más 25(OH)D durante el embarazo para transferir suficiente 25(OH)D al feto. En este contexto, un meta análisis de ensayos controlados aleatorios reciente en Irlanda demostró que se requería una ingesta total de vitamina D (suplementaria más vitamina D nutricional) de casi 1200 UI de vitamina D por día para garantizar que las concentraciones de 25(OH)D en el suero del cordón estuvieran por encima de los 30 nmol /L en el 95 % y por encima de 25 nmol/L en el 99 % de los lactantes, respectivamente. Teniendo en cuenta que la ingesta dietética media de vitamina D no suele superar las 200 UI al día en muchos países, sería necesaria una ingesta suplementaria de vitamina D de unas 1000 UI al día para garantizar un suministro suficiente de vitamina D. Sin embargo, algunos expertos argumentan que mientras que la ingesta relativamente baja de vitamina D es suficiente para la salud musculoesquelética, los requisitos de vitamina D pueden ser mucho más altos para la protección de los resultados de salud extra esquelética en el embarazo. Por lo tanto, algunas pautas de administración de suplementos de vitamina D recomiendan para las mujeres embarazadas y las mujeres que planean quedarse embarazadas una ingesta diaria de vitamina D de 1500 a 2000 UI para obtener y mantener concentraciones de 25(OH)D de hasta 75 nmol/L. Sin embargo, no está claramente probado que las concentraciones séricas de 25(OH)D de ≥75 nmol/L brinden beneficios adicionales para la salud por encima de los niveles de ≥50 nmol/L. Si dosis tan altas o incluso más altas de vitamina D ejercen efectos beneficiosos adicionales sobre los resultados de salud extra esqueléticos se evalúa actualmente en varios meta análisis de ensayos controlados aleatorios de vitamina D en el embarazo. Hay estudios como el realizado por Daniel Roth y Cols, en el que se administró un régimen de una dosis inicial de 70 000 UI y 35 000 UI/semana de vitamina D3 en el tercer trimestre del embarazo no hubo un nivel hipercalcémico y la 25 OH/D alcanzó ≥ 80 nmol/L en prácticamente todas las madres y recién nacidos es decir por debajo de la dosis toxica reconocida.

Otra publicación del grupo de trabajo del doctor Etemadifar M y Cols en mujeres embarazadas que tenían inclusive esclerosis múltiple logro evidenciar que la dosis de 50 000 UI/semana de vitamina D3 en pacientes con niveles séricos insuficientes de 25(OH)D, que está muy por encima de la recomendación actual para mujeres embarazadas y lactantes, puede considerarse segura.

Conclusiones:

La vitamina D desempeña un papel crucial en la salud materna y el desarrollo óseo fetal durante el embarazo. Una adecuada suplementación y una dieta equilibrada pueden ayudar a prevenir complicaciones gestacionales y promover un embarazo saludable. Es importante que las mujeres embarazadas consulten a su médico para asegurarse de que están recibiendo suficiente vitamina D para mantener su bienestar y el de su bebé.

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